Paso clave de nuevos dueños: Providencia visa anteproyecto para levantar dos edificios en terreno del Sheraton Santiago
Los antiguos propietarios, un fondo de LarrainVial, intentaron llevar adelante un proyecto con dos edificios de hasta 32 pisos para viviendas, pero la oposición de los vecinos echó por tierra la obra.
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Un paso clave lograron los nuevos dueños del Sheraton Santiago para sacar adelante un millonario proyecto inmobiliario en parte del terreno donde se emplaza el tradicional hotel en la comuna de Providencia.
A principios del año pasado, un fondo de LarrainVial (en que participaron Jorge Breitling y Oscar Biderman, socios fundadores del Hotel Intercontinental Santiago), vendió el complejo hotelero al grupo Alcázar.
Ésta sociedad inmobiliaria está ligada a la familia Urrutia, que fue parte de los socios fundadores de los hoteles Atton, los que posteriormente vendieron al grupo francés Accor.
El clan Urrutia pagó unos US$ 15 millones en efectivo por el hotel que tiene más de 500 habitaciones, además de hacerse cargo de la deuda, estimada en alrededor de US$ 57 millones.
El inmueble, ubicado en los faldeos del Cerro San Cristóbal, es uno de los íconos de la ciudad de Santiago. Abrió en 1970 y desde ahí ha sufrido una serie de modificaciones.
Originalmente, la propiedad estaba distribuida en dos hoteles: por un lado, el Sheraton Santiago y, por otro, el San Cristóbal Tower, hasta que se unificaron en una sola propiedad bajo el sello de Sheraton, con dos edificios unidos por un amplio lobby: uno de ellos de siete pisos y el otro de 22.
Un proyecto fracasado
Los anteriores propietarios (el fondo Inversiones Hoteleras, administrado por LarrainVial Activos, que había comprado el hotel en 2015, en una transacción en torno a los US$ 95 millones), intentaron llevar adelante una cirugía mayor: la construcción de dos edificios (de 32 y 30 pisos) destinados para viviendas.
Estos se proyectaban levantar en la única zona disponible que hay en el terreno que alberga al hotel, a un costado de la entrada a los estacionamientos del Sheraton, en la esquina de las calles El Cerro y Emeterio Larraín.
Ese espacio siempre ha sido área verde, y el plan de los anteriores dueños era, junto con levantar las torres de departamentos, abrir una gran plaza pública. La idea era replicar lo hecho en el W de Isidora Goyenechea, en donde conviven un edificio destinado a hotel y otro a departamentos.
No obstante, los vecinos dijeron no. Agrupados en la junta Pedro de Valdivia Norte, lograron echar por tierra la obra, apuntando a los efectos que generarían las dos torres, que sumarían 295 departamentos y poco más de 400 estacionamientos.
Las diferencias llegaron hasta la justicia civil, que invalidó el permiso de edificación otorgado por la Dirección de Obras de la Municipalidad (DOM) de Providencia.
El segundo intento
A casi 17 meses de ese hecho, los nuevos dueños del hotel se anotaron un triunfo, pero con un proyecto -también en parte del área verde del tradicional inmueble- sustancialmente menor al de sus antecesores.
La DOM de Providencia, a fines de junio de este año, aprobó un anteproyecto presentado por los Urrutia (a través de la sociedad Inmobiliaria Cerro San Cristóbal SPA), que permite la construcción de un edificio de 20 pisos para uso habitacional y otro de seis niveles para un nuevo hotel.
El anteproyecto visado considera el hotel y 152 viviendas, además de 359 estacionamientos para automóviles y tres locales comerciales.
La DOM visó un segundo anteproyecto de ampliación del actual inmueble para una zona de cafetería de casi 200 metros cuadrados.
Las aprobaciones de la Dirección de Obras solo visan las condiciones urbanísticas aplicables al predio, y no autoriza ningún trabajo en espacio público ni privado. Para esto, la empresa deberá solicitar un permiso de edificación.
Consultado por Diario Financiero, Nicolás Urrutia, del grupo Alcázar: explicó: “Desde que compramos Sheraton Santiago, nuestro plan ha sido volver a poner al hotel al nivel de excelencia que siempre tuvo y, junto con eso, generar una estructura financiera cómoda para el largo plazo”.
Y añadió: “Parte de esto incluye el uso de un porcentaje de la constructibilidad del terreno con proyectos que potencien el hotel y el barrio”.
Sobre los plazos que maneja el conglomerado para el eventual inicio de las obras de los nuevos edificios, el directivo señaló: “Se está trabajando en los temas de proyecto, arquitectura y financieros. Aún no están definidos los plazos”.
La familia fue parte de los socios fundadores de los hoteles Atton, liderados por Pedro Urrutia, Max Israel y Sergio Villaseca, quienes vendieron la marca en 2018 por un monto superior a US$ 365 millones al grupo francés Accor Hoteles, conocido por sus proyectos Sofitel, Mercure e Ibis.
Si bien durante largo tiempo la familia Urrutia estuvo ligada al rubro hotelero, tras la venta de los Atton comenzaron a enfocarse en otros negocios ligados al sector de construcción y agrícola.
Entre ellos, se destacan proyectos focalizados en el mercado C2-C3 con obras tradicionales de construcción de viviendas y edificios.